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¿Sabías que… las emociones pueden romper tu corazón?

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 En septiembre se celebra el día mundial del corazón y de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), las enfermedades cardiovasculares como los infartos de miocardio y los accidentes cerebrovasculares son las que más vidas cobra a nivel mundial, con un total aproximado de 17.3 millones al año y en este contexto, organizaciones alrededor del mundo unen esfuerzos para que la población conozca de los métodos que pueden reducir al mínimo los factores de riesgo.

Por otra parte, parece que la literatura romántica y las ciencias de la salud son conceptos antagónicos; pero la realidad es otra, ya que muchas creencias arraigadas en el inconsciente colectivo respecto al amor y otras emociones que involucran al corazón como el órgano que recibe y padece las cosecuencias de dichos estímulos, es más real de lo que uno puede pensar y aunque parezca difícil de creer, sí existen formas en las que este órgano puede enfermarse debido a eventos tristes o estresantes.

 Se llama Miocardiopatía de Takotsubo o Síndrome del corazón roto y trata de una enfermedad no isquémica en el que hay un debilitamiento temporal del miocardio que puede ser ocasionado por estrés emocional como la muerte de un ser querido, un desengaño o por estrés cotidiano.

 Fue descrito por primera vez en Japón en la década de los 90´s y su nombre se debe a que en este tipo de padecimiento, el corazón tiene una deformación similar a la de unas vasijas que los pescadores nipones utilizan para cazar pulpos y las emociones negativas hacen que el ventrículo izquierdo del corazón se deforme ligeramente, ocasionando un estrechamiento de las arterias coronarias.

De acuerdo con datos médicos, alrededor del 90 por ciento de las víctimas de este síndrome son mujeres que han presentado episodios de estrés elevado y como consecuencia, hay niveles altos de catecolaminas circulantes como la adrenalina. Sin embargo, dicho padecimiento presenta un índice de mortalidad del cinco por ciento, haciendo que las personas que sobreviven a este evento, tengan una mejora en la función ventricular izquierda en un periodo de dos meses.