En el Polo Norte el sol nunca se pone desde el 21 de marzo hasta el 23 de septiembre.

El equinoccio llega este 22 de septiembre al hemisferio norte y al hemisferio sur. Para el sur representa la llegada de la primavera, y los días continuarán alargándose hasta el verano. Pero para el norte, representa todo lo contrario. Y lo más particular de todo es lo que sucederá en polo norte: allí comenzará una larga noche, que durará 6 meses.

La palabra equinoccio viene del latín ysignifica "noche igual", astronómicamente se conocen como losmomentos del año en los que el Sol estásituado en el plano del ecuador celeste. 

En los días de equinoccio para un observadoren el ecuador terrestre, el Sol alcanza el cenit (el punto más alto en el cielocon relación al observador, que se encuentra justo sobre su cabeza, vale decir,a 90°). 

Este hecho solo ocurre dos veces por año: el20 o 21 de marzo y el 22 o 23 de septiembre de cada año.

En las fechas en que se producen los equinoccios, el día tiene una duración igual a la de la noche en todos los lugaresde la Tierra. En el equinoccio sucede el cambio de estación anual contraria en cada hemisferio de la Tierra. 

Investigaciones apuntan a que desde la época precolombina,los momentos de la siembra y de lacosecha eran señalados por los solsticios y por los equinoccios. A su vezestas fechas, de enorme relevancia en el calendario agrícola, eran anunciadaspor la presencia cíclica de algunasestrellas en el cielo visible.

Estas señales no solo servían para laagricultura, la ubicación relativa de los cuatro edificios ubicados en Uaxactún(Parque Arqueológico de Guatemala) se rige por una geometría inspirada en los movimientos celestes que permite determinar con precisión el momento de los solsticios y de los equinoccios.