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Alfredo Martínez, estudiante UAEMéx, rehabilita conductas caninas reforzadas por el ser humano

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 Es importante recordar que los perros son seres sintientes, por lo que es necesario que la gente les brinde ejercicio, disciplina y cariño, es decir, que los dueños le den el ejercicio que necesitan de acuerdo con su condición, la disciplina que necesitan dentro y fuera del hogar y el cariño que merecen, afirmó Alfredo Martínez Reyes, entrenador, rehabilitador canino y estudiante de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Autónoma del Estado de México.

Martínez Reyes se dedica a rehabilitar conductas en perros como agresividad, miedo, inseguridades o problemas que las personas tienen al momento de pasear o al estar dentro de su casa con sus perros, a través de la psicología canina, la cual consiste en utilizar el lenguaje de estos animales de compañía para corregir o reforzar conductas.  


“Para mí la psicología canina es utilizar el lenguaje corporal y de comunicación de los perros con los mismos perros, ya que muchos entrenadores lo que hacen es obligar a que el perro les entienda a ellos y no a la inversa. A través de este lenguaje, lo que yo hago es ayudar a las y los dueños a corregir o reforzar conductas”, explicó. 

Alfredo Martínez destacó que las principales conductas que causan conflicto entre el perro y los dueños son aquellas que el ser humano considera como desastrosas, mientras que para el perro es completamente natural, al no tener en qué gastar su energía y no tener cómo distraerse.  

En este sentido, comentó que a través de estímulos que se le dan al perro como si se lo diera otro perro puede inhibir o reforzar un miedo, una angustia o una agresividad.

De estas conductas, que causan conflictos entre el perro y los propietarios, la más fácil de identificar es la agresión, ya que el perro reacciona a un estímulo de manera violenta hacía otros perros, animales o personas, cual se manifiesta a través de un ataque o al ladrarles. 

Posteriormente, el miedo es la conducta más difícil de identificar, ya que la gente la refuerza sin que se dé cuenta. Un ejemplo de ello es que cuando el perro tiene miedo lo acaricia para tratar de ayudarle; sin embargo, solo se refuerza. En el caso de las inseguridades, es más sencillo corregirlas, ya que lo que se busca hacer es ayudar a la mascota a dar el siguiente paso para que las pueda superar. 

Alfredo Martínez se interesó por la rehabilitación, ya que al llegar dos perros a su vida se dió cuenta por la edad, la raza y al ser machos ambas mascotas se agredían entre ellos, por lo que comenzó a estudiar un diplomado de adiestramiento y rehabilitación canina; una vez que lo terminó comenzó a trabajar con los caninos, incluyendo a sus mascotas.  

En este sentido, apuntó que su educación dentro de la Máxima Casa de Estudios mexiquense le ha permitido profundizar sus conocimientos en la materia, además de conocer a estos animales desde sus anatomías y las enfermedades que pueden tener, ya que esto le ayuda a complementar los entrenamientos que brinda. 

Para el estudiante universitario la labor de rehabilitador canino es un trabajo que necesita dedicación y paciencia, ya que hay que comprender que el perro no hace las conductas de manera voluntaria, sino que han sido aprendidas y los seres humanos las han reforzado. 

“En la naturaleza los perros no deberían de tener estas conductas; sin embargo, estas las adquieren porque los seres humanos los antropomorfisan, es decir, que los tratan como si fueran personas”, afirmó. 

Finalmente, reflexionó, en torno a la conmemoración del Día del Perro Adoptado, que es necesario tomar conciencia sobre los perros que se encuentran sin hogar, ya que esto permite fomentar la cultura de la adopción de los caninos.