El primer acercamiento de Jorge Ibargüengoitia a la literatura fue a partir de la dramaturgia, área poco estudiada y revisada, afirmó el responsable de Vinculación y Proyectos Artísticos de la Compañía Universitaria de Teatro (CUT) de la Universidad Autónoma del Estado de México, Rolando Luis López Gutiérrez.

A través de un video trasmitido en el perfil de Facebook de la CUT, el universitario refirió que durante una década, Ibargüengoitia se dedicó a la dramaturgia, su vocación primaria.

Escribió, dijo, 17 obras de teatro, 10 de ellas extensas, con dos o tres actos; además de tres piezas cortas y cuatro dirigidas a niños. “Se dedicó a las letras luego de conocer al pintor zacatecano Manuel Felguérez, cuando asistieron a un evento de scouts en Francia”.

A partir de esa experiencia, indicó López Gutiérrez, dejó sus estudios de ingeniería para dedicarse a la literatura. “Aunado a ello, tuvo la oportunidad de conocer al escritor Salvador Novo, quien presentó una obra en el Teatro Juárez de Guanajuato”.

Del mismo modo, apuntó que Ibargüengoitia estudió composición dramática en la Universidad Nacional Autónoma de México con el dramaturgo Rodolfo Usigli. Precisó que sus colegas fueron los escritores Rosario Castellanos, Sergio Magaña, Emilio Carballido y Luisa Josefina Hernández, entre otros.

Durante esa época, aseveró, también hizo crítica teatral en la Revista de la Universidad, editada por la UNAM. “Fue un crítico mordaz, duro e implacable, lo cual le ocasionó problemas con varios autores como Alfonso Reyes”.

El Atentado, dijo, fue su última obra, la cual fue adelantada a su época, ya que se colocó cerca del teatro didáctico. Esta pieza, abundó, le dio elementos para escribir su primera novela, Los relámpagos de agosto.

Después de esta obra de teatro, puntualizó Rolando Luis López Gutiérrez, Ibargüengoitia no volvió a escribir en este género y se enfocó en la narrativa, género en el que escribió seis novelas y un libro de cuentos, además de artículos periodísticos y reseñas, entre otros textos.