Fuente: Reforma

La cifra de muertos por la explosión de un camión en la capital de Somalia este sábado aumentó a 276, además de 200 personas heridas, informó el Ministerio de Información, con lo que se convirtió en el atentado más mortífero en la nación africana.

Los servicios de emergencia aún atienden a cientos de víctimas que resultaron heridas, muchas con quemaduras que los han dejado irreconocibles.

Los centros hospitalarios se encuentran desbordados, mientras continúa la búsqueda de víctimas entre los escombros de viviendas derruidas por las fuertes explosiones.

Algunos países, como Turquía o Kenia, han ofrecido ayuda médica.

El Gobierno de Somalia culpó al grupo Al Shabab, vinculado a Al Qaeda, por el atentado perpetrado el sábado en Mogadiscio, considerado ya como un desastre nacional.

Sin embargo, Al Shabab, que suele efectuar atentados en áreas destacadas de la capital, no se ha manifestado al respecto.

"A ellos no les importan las vidas del pueblo somalí, madres, padres e hijos", afirmó el Primer Ministro Hassan Ali Khaire.

"Han atacado el área más poblada de Mogadiscio y sólo han matado a civiles", señaló.

Las sirenas de las ambulancias se escucharon por toda la ciudad un día después de la explosión, mientras las familias deambulaban entre los escombros de edificios en busca de parientes desaparecidos.

El Presidente, Mohamed Abdullahi Mohamed, declaró tres días de luto y se unió a miles de personas que respondieron a una petición desesperada de los hospitales con el fin de donar sangre para las víctimas.

Gran cantidad de los decesos se han dado en los hospitales a consecuencia de las heridas, informó el capitán de la Policía Mohamed Hussein.

Abdirahman Omar, Ministro de información de Somalia, comunicó que el estallido fue el de mayor envergadura en la historia de la ciudad.

"Es un día triste. Así de despiadados y brutales son y tenemos que unirnos contra ellos", afirmó en declaraciones a la radiodifusora estatal.

Durante la noche, rescatistas con antorchas buscaron a sobrevivientes atrapados bajo los escombros del hotel Safari, destruido en su mayor parte y que se encuentra cerca de la Cancillería de Somalia.

La fuerza de la explosión arrasó con las puertas de metal y los muros contra estallidos que habían sido erigidos frente al hotel.

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