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¿Por qué un placebo puede funcionar incluso cuando se sabe que es falso

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 En los últimos doce años los científicos han publicado múltiples estudios que prueban el concepto de placebo honesto o de etiqueta abierta, en el que se informa a los pacientes por adelantado de que la píldora que están tomando no contiene ingredientes terapéuticamente activos.

Ese fue el caso de Betty Durkin, que vivió durante días en estado de dolor insoportable tras resbalarse en su casa. Ese día fatídico, detalla para una entrevista con The National Geographic, se lesionó la parte superior de la columna cervical, se le clavaron astillas en la cara y se magulló gravemente las muñecas y las rodillas.

Luego de recibir opiáceos las 24 horas del día, algo que realmente le preocupaba porque había visto cómo un amigo cercano se había hecho adicto a estos analgésicos tras dos estancias en el hospital, llegó la oportunidad de participar de este inusual ensayo clínica: probarían si su dolor mejoraba tras recibir una píldora de placebo con aceite de soja en lugar de un ingrediente medicinal.

Basándose en todo lo que los científicos creyeron durante años -que la ocultación era clave para que los placebos fueran eficaces- estas píldoras no iban a reducir el dolor, la fatiga, las migrañas u otros síntomas de Durkin... Sin embargo, el resultado fue bien distinto.

Durante tres días, como parte del ensayo, Durkin olió especia de cardamomo antes de tomarse su cápsula de opioides. El objetivo era entrenar al cerebro para que asociara la experiencia de tomar el placebo con el alivio del dolor de los opioides. Al tercer día, se le dio el aroma y la cápsula, pero sin opiáceos. Se le dijo que podía pedir analgésicos cuando los necesitara, pero nunca lo hizo.

El uso de placebos en los ensayos clínicos despegó realmente en la década de 1960, después de que el Congreso aprobara una enmienda que autorizaba a la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos a exigir a las empresas farmacéuticas que demostraran que los nuevos medicamentos no sólo eran seguros, sino también eficaces. Los ensayos clínicos en los que se comparaba un medicamento con un placebo inofensivo se convirtieron en la forma aceptada de hacerlo, señalaron los científicos en el New England Journal of Medicine en el 50º aniversario de la enmienda.

En los ensayos clínicos tradicionales, nunca se informa a los participantes de si están recibiendo el fármaco o el placebo. Tampoco se informa a los científicos que evalúan los datos del ensayo, por lo que se supone que los resultados son más directamente comparables y tienen menos probabilidades de introducir sesgos.

Con información tomada de: https://www.infobae.com/america/ciencia-america/2022/06/26/por-que-un-placebo-puede-funcionar-incluso-cuando-se-sabe-que-es-falso/