AM Noticias | Mundo

Tortugas, monos y carpinchos: cómo se ve afectada la biodiversidad con el mascotismo de animales salvajes

Tortugas monos y carpinchos

Al carpincho parece gustarle que le rasquen el cuello, tiene expresión de satisfacción. La pareja que habita la casa con sus perros deja subir al sillón a la familia de carpinchos que los va a visitar con frecuencia en Entre Ríos, a la vera de un río.

Cada vez es más frecuente ver estas escenas en redes sociales, donde la gente convive con animales salvajes, incorporándolos a la vida cotidiana o bien, adoptándolos como mascotas. Esa convivencia es resultado de la expansión de las urbanizaciones, deforestaciones o extensión de campos destinados a la agricultura que hacen que los animales salgan a explorar otros espacios, no habituales para ellos.

El tráfico de fauna silvestre es un delito penado por la ley nacional 22.421 y numerosas leyes provinciales y municipales a lo largo y ancho del territorio argentino. Allí interviene la justicia y autoridades locales que, ante denuncias de ciudadanos, se encuentran con animales salvajes en situaciones de abandono, malnutrición o hacinados, en muy malas condiciones. Las tortugas y monos encabezan esta lista, junto a distintas clases de aves.

La “mascotización” de la vida salvaje y el tráfico ilegal integran un circuito que se retroalimenta, perjudicando la biodiversidad y, sobre todo, afectando a los animales, que luego de su paso por un hogar ya no pueden sobrevivir solos en su hábitat natural porque se acostumbran a recibir alimento de la mano del hombre y van modificando las conductas que les permitían la supervivencia, como obtener alimento, buscar refugio, cazar o reconocer depredadores y saber ocultarse de ellos.

Si un animal fue domesticado ¿puede volver a su hábitat natural? “Vivir en hábitat naturales significa poseer procesos orgánicos, físicos y psicológicos/conductuales aptos para afrontar todos esos desafíos juntos en nichos biológicos-ambientales que son difíciles para vivir, prosperar y trascender”, observa Julio Reynoso, especialista de Comportamiento Animal en Temaikèn. Teniendo en cuenta esa definición, para poder rehabilitar su comportamiento natural y reinsertarse en la naturaleza, cada animal debe cumplir con una serie de requisitos y no sólo va a depender de éstos sino también del grupo de profesionales que los acompaña en este proceso de intentar volver a su hábitat.

La tortuga sulcata es una especie nativa del continente africano, por lo que la vuelta a su hogar era en primer lugar difícil y costosa. Y por otro lado, esta tortuga tenía signos de haber sido mascotizada, lo que le imposibilitaba vivir sola y, ante este escenario, las autoridades provinciales decidieron que su destino fuera Temaikèn.

Angá es una de las monas carayá que se pueden ver en el bioparque de Escobar. Cuando llegó era una hembra adulta con serios trastornos comportamentales. Los cuidadores de Temaikèn recuerdan mucho su caso porque el animal no dejaba de gritar, tirarse en el piso y morder diferentes partes de su cuerpo.

Dado su origen diverso, los cuidadores y expertos en comportamiento admiten que fue un gran desafío poder responder a sus necesidades ya que algunos de los animales estaban acostumbrados a comer fideos con salsa y no hojas, subirse “a upa” de las personas, estar en el hombro o compartir la mesa. En este largo proceso se les enseñó a “ser monos nuevamente” ya que gran parte de ellos no había tenido contacto con otros de su especie, salvo al momento de nacer.

En estas tres historias se resumen el impacto de tener como mascota a un animal salvaje. No sólo representa una pérdida para el ambiente, sino que impacta en la vida del mismo animal que no puede volver a la naturaleza y al que hay que enseñarle de nuevo a ser y comportarse como alguien de su especie.

Lamentablemente, muchos no pueden volver a su hábitat y se ven destinados, en el mejor de los casos, a continuar su vida en refugios, centros de rescate, santuarios o bioparques. ¿Cómo colaborar? No sacando animales de su hábitat natural y no comprando animales silvestres, denunciando a quienes los capturan o los comercializan y, en el caso de notar la presencia por convivencia, dar aviso a las autoridades locales.

Con información tomada de: https://www.infobae.com/america/perrosygatos/2022/08/05/tortugas-monos-y-carpinchos-como-se-ve-afectada-la-biodiversidad-con-el-mascotismo-en-animales-salvajes/